sábado, 18 de abril de 2009


EL EJERCICIO AERÓBICO MODERADO DURANTEEL EMBARAZO SU RELACIÓN CON EL COMPORTAMIENTO DE LATENSIÓN ARTERIAL MATERNA.

A pesar de los innegables avances de la ciencia, cuando se habla de la relación entre la actividad física y elembarazo, existen aún una gran cantidad de cuestiones sin resolver. Un ejemplo de ello es saber qué sucede con elfuncionamiento de ciertos órganos y sistemas cuando la mujer embarazada realiza ejercicio, más aún cuando hablamos de parámetros, como los cardiovasculares, que se modifican de manera importante durante la gestación. Este trabajo de
investigación pretende conocer la influencia del ejercicio físico de carácter aeróbico, desarrollado durante el segundo ytercer trimestre de embarazo sobre el comportamiento de la Tensión Arterial materna.


Por medio de la colaboración entre la Facultad de CC de la Actividad Física y el Deporte de Madrid (INEF) y el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Severo Ochoa se llevó a cabo un estudio del tipo de Casos y Controles queincluyó a 172 gestantes. Los resultados no mostraron diferencias significativas entre ambos grupos de trabajo. Se concluyo que la realización de ejercicio físico durante el segundo y tercer trimestre de embarazo no influye ni ocasionariesgos materno-fetales en lo referido al comportamiento de la Tensión Arterial materna.


INTRODUCCIÓN



Cada día más y más mujeres desean desarrollar su embarazo de una forma más natural, placentera y sobre todo, saludable; estos conceptos anteriores incluyen que la mujer gestante no abandone su nivel de vida preembarazo como una manerade “no sufrir” un embarazo, sino disfrutar al máximo un proceso vital a todas luces inigualable.
Por otro lado con el ejercicio físico como parte integrada en nuestras vidas,especialmente cuando hablamos de una “vida saludable” se hace difícil no incluir la actividad física como un agente que mantenga ese nivel de vida placentero que toda gestante persigue.
Todo esto se evidencia en el creciente número de mujeres gestantes que acuden a la primera consulta prenatal formulando a su ginecólogo ciertas preguntas que a menudo no son sencillas de responder, entre otras: ¿Qué tipo de actividad física puede realizar una mujer embarazada? ¿Con que frecuencia? ¿Qué duración?Y quizás la más importante: ¿De qué manera puede afectar el ejercicio físico la salud materno-fetal?

MOTRICIDAD

Como se puede observar a simple vista, son cuestiones algo complicadas de resolver, más aún cuando a nivel científico la relación entre la actividad física y el embarazo no es totalmente conocida y manejada.
Estamos tratando dos procesos extremadamente complejos como son el embarazo y el ejercicio cada uno de ellos con sus modificaciones y demandas de todo tipo, en ese sentido seguramente el embarazo sea el hecho vital que mayor cantidad de cambios ocasiona en una mujer; ante tal situación la pregunta es clara:

¿Pueden coexistir ambos (ejercicio y embarazo) sin que sus requerimientos pongan
en peligro el bienestar de madre y feto?

Este trabajo se ocupa de una de esas demandas de tipo cardiovascular en la gestación, el comportamiento de la TA durante el ejercicio físico realizado durante el segundo y tercer trimestre de embarazo.
El objetivo de este estudio fue conocer la influencia del ejercicio aeróbico moderado
durante el segundo y tercer trimestre de gestación sobre el comportamiento de la TA.

MÉTODO

Este trabajo de investigación se ha llevado a cabo por medio de una colaboración entre el INEF de Madrid, el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Severo Ochoa de Leganés (SGOHSO) y el Centro de Salud “María Montesori” de Leganés.

Según Wolfe, uno de los autores más relevantes en el campo de la actividad física y el embarazo (Wolfe, Brenner & Mottola, 1994), el tipo de estudio óptimo en relación a este ámbito es aquél que contempla entre otras características:

Dos grupos de trabajo, uno de tratamiento (o casos) al que se le aplica la intervención del investigador, en este caso ejercicio físico, y otro de control al cuál no se le somete a intervención alguna.
- Un informe médico inicial al integrarse en el estudio.
- Una monitorización o guía del trabajo físico.

Seguimiento médico en relación a su estado y bienestar físico a lo largo de la fase experimental.
Valoración de todos aquellos aspectos que puedan actuar como modificantes en los resultados del embarazo (variables confundidoras), aspectos tales como edad, edad gestacional, profesión, paridad anterior, nivel de estudios alcanzados, etc.

De modo tal y siguiendo las recomendaciones anteriores, se diseñó un trabajo experimental del tipo de Casos y Controles (Clapp & Capeless, 1990. Clapp et al, 1998. Kemp, Greer & Wolfe, 1997. Wolfe et al, 1999. Wolfe et al, 1994.Campbell & Mottola, 2001) por medio del cuál se ha seleccionado un grupo de población (casos) al que se le ha sometido a un tratamiento determinado, en este caso ejercicio físico, mientras se determinó también otro grupo de idénticas características poblacionales (controles) que no ha recibido intervención por parte del investigador.

PREFERENCIAS PARTICIPATIVAS EN EDUCACIÒN FÍSICA

Muestra
Se actuó en el Área de Salud Nº 9 de la periferia de Madrid, correspondiente a las poblaciones de Leganés y Fuenlabrada, en las consultas de Obstetricia pertenecientes al área de referencia del Hospital Severo Ochoa. Entre Febrero de 2000 y Mayo de 2001 se entrevistaron un total de 480 mujeres que acudían a su primera consulta prenatal, en esta primera entrevista se obtuvieron datos de tipo personal, médico, laboral, nivel de estudios terminados y de hábitos relacionados con la actividad física pasada y presente. Así como el consentimiento personal para integrarse en un grupo de ejercicio físico durante el segundo y tercer trimestre de embarazo.
Se establecieron los siguientes criterios de inclusión para formar parte de alguno de los grupos:

- No padecer ningún tipo de contraindicación de carácter médico absoluto.
- En caso de padecer alguna contraindicación de tipo relativa, se consultaba con su ginecólogo de referencia y con el equipo del SGOHSO la conveniencia de incluir o no esta mujer dentro del programa, en base a las indicaciones de estos profesionales se tomaba la determinación oportuna.

Con respecto al número total de mujeres, el estudio incluyó finalmente un total de 142 mujeres que se distribuyeron en los dos grupos de estudio de la siguiente forma:
Grupo tratamiento (casos): integrado por 72 mujeres, ya que de las 78 incluidas inicialmente, 6 de ellas fueron excluidas por las siguientes razones:


- 2 por embarazos gemelares.
- 1 por padecer amenaza de parto prematuro.
- 3 por presentar cuadros de hipertensión arterial.
Grupo control: integrado por 70 mujeres, aunque inicialmente se seleccionaron 75
de las cuáles fueron eliminadas 5 por los siguientes motivos:
- 1 por embarazo tipo “mola”.
- 2 por sangrados del primer trimestre.
- 2 por padecer hipertensión arterial.

Tabla: Características generales de cada uno de los grupos de trabajo.


VARIABLE EJERCICIO (N=72) CONTROL (N=70)
Edad materna (media) 30.4 ± 3.7 29.5 ± 4.0
Índice de masa corporal (media) 24.3 ± 4.1 23.3 ± 3.2
Paridad 0= 52 (72.2 %) * 0=40 (57.1%)*
1= 16 (22.2 %) 1=25 (35.7%)
2= 4 (5.6 %) 2=5 (7.1 %)
Fumadora

NF = 56 (77.8%) NF=50(71.4%) NF= No fumadora F= Fumadora F= 16 (22.2 %) F= 20 (28.6 %)
Partos pretérmino anteriores S= 2 (2.8 %) S= 3(4.3%)
N= 70 (97.2 %) N= 67 (95.7 %)
Actividad laboral 1=26(36.1 %) 1=21 (30.0%)

2= 31 (43.1 %) 2= 30 (42.9%)
3= 15 (20.8 %) 3= 19(27.1)
Tiempo diario en posición de pie >3 hr/día= 38 (52.8%) >3 hr/día= 46 (65.7%)
<3 a=" 34" a=" 24">

Los datos son presentados como media y ± desviación estandar o N (%) según la
estructura de cada variable.

0= Ningún parto anterior 1= Un parto anterior 2= Más de un parto anterior
1= Trabajo sedentario 2= Amas de casa 3= Trabajo activo
* Significativo al nivel .05


Programa de Actividad Física
Las clases fueron diseñadas por nuestra parte teniendo en cuenta que se trataba de ejercicio físico para mujeres embarazadas que en muchos casos no habían realizado actividad física o deporte a lo largo de su vida de forma periódica; una vez llevado a cabo el diseño, éste fue supervisado por los responsables del SGOHSO.
Las mujeres comenzaban su programa de ejercicio físico en la semana 14-15 y lo abandonaban en la 36. A cada una de ellas, al comenzar el programa se les entregaba un dossier explicativo con la gran mayoría de los ejercicios que se llevaban a cabo, con su explicación y repeticiones aconsejadas en cada caso.

- Diseño de las clases
El criterio básico que se siguió para la elaboración de las clases se apoyó en las líneas directrices del Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras (ACOG, 1994. ACOG, 2002), debido básicamente a que se trata de unas líneas de actuación básicas y seguras mantenidas por casi la totalidad de los trabajos de investigación.
Intentando con esto asegurarnos el bienestar materno y fetal durante y después de la actividad física. Las líneas directrices incluyen unas recomendaciones generales para el planteamiento de cualquier actividad física, unas contraindicaciones absolutas y relativas que lógicamente invalidan a una mujer embarazada para la práctica física (especialmente las absolutas), así como también unos síntomas antes los cuáles se debe detener la realización de ejercicio físico.

Este tipo de diseño del trabajo físico, a simple vista, no pone en juego o al menos no tiene muy en cuenta, un factor determinante en la compleja mecánica del ser humano que se dispone a realizar actividad física, la motivación. De tal modo este trabajo se diseñó en base a clases de gimnasia de mantenimiento planificadas y conducidas por nuestra parte. Un factor fundamental a tener en cuenta fue que nuestra labor, en este caso la correspondiente al conductor de la actividad pudiese ser un referente importante a la hora de explicar ciertas posiciones para la realización de ejercicios así como también incentivar al grupo disponiendo todo lo necesario para una agradable sesión de gimnasia.

Cada clase comenzaba con un calentamiento de una duración aproximada de 8/10 minutos, una parte central algo más intensa de aproximadamente 15 minutos y una vuelta a la calma de unos 7/8 minutos.
La intensidad planteada fue la de una actividad física de carácter moderado. El fundamento básico para elegir un programa con este nivel de intensidad está apoyado en evidencias científicas que aseguran que con la práctica regular de ejercicio aeróbico moderado se pueden producir mejoras tanto en el estado físico general materno como en los resultados del embarazo sin comprometer el bienestar materno-fetal, gracias a una extensa gama de mecanismos que protegen y aseguran este bienestar.
Sin embargo, superar el umbral del ejercicio moderado para internarse en exigencias físicas de carácter máximo o extenuante supone correr unos riesgos de salud para madre y feto en cuanto a respuestas metabólicas, cardiocirculatorias yhormonales, inclusive, con el ejercicio de carácter máximo se podrían correr riesgos relacionados con el crecimiento y desarrollo fetal, así lo sugieren algunas investigaciones.

El ejercicio físico durante el embarazo debe ser moderado (12 a 14 según la escala de BORG o EEP), con un ritmo cardíaco máximo de 140 pulsaciones por minuto. Este nivel ya es adecuado para obtener ventajas en el campo de la salud y puesta a punto aeróbica, incluso en mujeres no embarazadas, así como reducir al mínimo el riesgo de lesiones.
Por otra parte, el seguimiento de este criterio de moderación se observó en base al control de un parámetro fundamental: la frecuencia cardiaca, el límite de trabajo marcado fue las 140 puls/min, límite que cada mujer se controlaba de manera personal tras finalizar ciertos trabajos que pudiesen producir un pico de intensidad, particularmente en la parte central de la clase.

También por medio de la valoración calórica del gasto de energía llevado a cabo por las gestantes en cada clase y en definitiva semanalmente, se buscó responder al carácter moderado con el que se diseñó el trabajo, procurando alcanzar en cada clase un gasto calórico aproximado de 300-350 calorías consumidas.
Los valores correspondientes al gasto de calorías semanales fueron de alrededor de 1000 calorías. Este valor está en consonancia con lo que algunos autores establecen como el gasto correspondiente a un programa de ejercicio moderado y al mismo tiempo se manifiesta como un nivel deexigencia suficiente para provocar mejoras de orden fisiológico en el organismo materno.
La frecuencia fue de 3 clases semanales, las mujeres dieron comienzo al programa de clases a partir de la semana 14-15 (inicio del 2º trimestre) y realizaron ejercicio durante su 2º y 3º trimestre, hasta la semana 36.
Teniendo en cuenta las recomendaciones comentadas, las características de los ejercicios del programa fueron las siguientes:

- Cualquier programa de actividad física durante el embarazo debe ser seguro y ameno. Por lo tanto se intentó que las clases tuviesen, dentro de lo posible, un sentido recreativo, con ejercicios de carácter lúdico, en definitiva, hemos basado nuestro trabajo en ejercicios propios de gimnasia de mantenimiento y actividades recreativas.

- Toda la actividad realizada fue de tipo aeróbico.

- Se evitaron posiciones de trabajo en las que zonas sobrecargadas normalmente por el embarazo se vean aún más perjudicadas.


El trabajo correspondiente a la flexibilidad se llevó a cabo en la entrada encalor y en la vuelta a la calma, teniendo siempre en cuenta que se trata deembarazadas, esto nos obligó una vez más a no incluir posiciones operativas forzadas en los ejercicios ni mantener excesivamente los tiempos de estiramiento de cada zona.
Se procuró mantener previo a la actividad una adecuada ingesta de calorías y nutrientes, debido a que las clases se realizaban por la mañana (11,00 hs.) se les pedía a las mujeres que no acudiesen a clase sin haber mantenido un adecuado desayuno y abundante toma de líquidos.
También como regla general y para eliminar riesgos potenciales, se evitó:


- Actividades que incluyeran la maniobra de Valsalva.
- Hipertermia (temperatura superior a 38º C).
- Movimientos bruscos.
- Posiciones de tensión muscular extrema.


Procedimiento

Aplicación del Programa de Actividad Física

-Calentamiento
Desplazamientos con variantes de sentido, dirección, ritmo, sin llegar a realizar carrera.
Ejercicios de flexibilidad. En la gran mayoría de los casos se trató de movimientos de miembros superiores (que pusieran en funcionamiento todo el tren superior) o miembros inferiores (tren inferior). Así como también se pusieron en práctica sencillos juegos y actividades, tanto sin material, como con balones, aros, cuerdas, picas.




- Parte Principal


Esta parte de la clase exige aumentar un poco la intensidad y, a veces cambiar el tipo de los ejercicios, otras veces se han realizado algunos de los ejercicios ya descritos en el apartado anterior pero con un poco más de intensidad, siempre respetando los límites establecidos y tendiendo al carácter lúdico de las actividades.
Se dividió nuestro trabajo entre juegos (grupales: por parejas, tríos, etc. e individuales) y ejercicios (éstos se referían a una zona corporal más localizada).
Los ejercicios, a diferencia de los juegos, se han dirigido a partes más localizadas, se destacan las zonas corporales y algunas de las opciones de tareas que se desarrollaron:

- Hombros: elevaciones y círculos de hombros, movimientos variados de brazos (círculos, elevaciones frontales y laterales, otros). Brazos: flexión y extensión de brazos, tracción (cuerdas, picas).

- Pectorales: aperturas de brazos, descenso de brazos con leve carga (una compañera sosteniendo las manos, por ejemplo).

- Abdominales: todas las tareas girarán alrededor de las variantes de contracciones abdominales. Lumbares: tareas de pie o sentadas, leve descenso y elevación de tronco con y sin suave resistencia.



- Espalda: movimientos de apertura, descenso y tracción de brazos, en la mayoría de las tareas con la resistencia de las manos de una compañera.




- Glúteos: variantes en movimientos de piernas (elevaciones, flexión y extensión, círculos, etc.), se realizarán siempre en posiciones no comprometidas, de rodillas o tumbadas de lado, sólo algunas veces de pie.





- Parte anterior del muslo: variantes en movimientos de piernas, que se realizarán siempre sentadas, tumbadas decúbito dorsal, algunas veces de pie. Parte posterior del muslo: variantes en movimientos de piernas, que se realizarán siempre tumbadas decúbito dorsal o lateral, de rodillas y a veces de pie.

- Gemelos: ejercicios de flexión y extensión plantar, sentadas o tumbadas con leve resistencia de una compañera, o de pie con el peso del propio cuerpo (ponerse de puntillas).


- Vuelta a la Calma

Esta parte de la clase estuvo compuesta, en su totalidad, por ejercicios de flexibilidad y de relajación, siempre teniendo en cuenta las recomendaciones anteriormente mencionadas y procurando incidir mayormente en las zonas corporales trabajadas en la parte principal. Cabe aclarar que en los ejercicios de flexibilidad se ha evitado mantener posiciones en las que hubiese excesiva tensión de la zona muscular implicada.




Registro de los Datos
En base a la llamada Hoja de seguimiento del embarazo, se obtuvieron los datos correspondientes a la evolución de la Tensión Arterial, esta hoja es el informe general y periódico con el que el profesional médico, aproximadamente cada 4-5 semanas, va siguiendo la evolución del embarazo y sus correspondientes parámetros.
Uno de los controles más importantes a los que se somete a las gestantes es el de la tensión arterial, ello debido a que, como hemos dicho, uno de los posibles riesgos es el desarrollo de una hipertensión arterial durante el
embarazo.
En relación a la Tensión Arterial se efectúa un registro en cada día de consulta que al final de la gestación aporta una media de cada gestante, tanto en lo referido a la tensión arterial sistólica como diastólica. A su vez cada uno de los dos grupos de estudio (casos y controles) ofrece
una media de cada valor.

Técnicas Estadísticas Empleadas



Se utilizó la prueba T de Student para muestras independientes con objeto de comparar las medias de los valores correspondientes a la Tensión Arterial. El test de ANOVA de un factor con DMS para variables dependientes se empleó para comprobar la incidencia de otras variables que puedan afectar a los resultados del embarazo, las cuáles en este caso daban dos o más grupos de análisis (ej: actividad laboral).
Las tablas de contingencia con el estadístico chi cuadrado se utilizaron para conocer ciertos porcentajes correspondientes a la estructura de cada uno de los grupos de trabajo.


RESULTADOS
Nuestros resultados no muestran significación en términos estadísticos entre los grupos de trabajo con respecto a este parámetro, tanto en lo referido a la tensión arterial sistólica: grupo control 113,7 ± 9,5 y grupo de tratamiento 114,4 ± 9,0, como en la relación a la tensión diastólica: grupo de control 66,4 ± 8,4 y grupo de tratamiento 65,9 ± 7,1.
Lo mismo sucede al analizar la influencia de otras variables que pudiesen actuar como “confundidoras” dentro de la estructura de cada grupo de trabajo, incidiendo con ello en los resultados.

Tabla: Resultados relativos a los estadísticos de grupo


grupo N Media Desviación típ. Error típ.de la media
Tensión Control 70 66,4286 8,43315 1,00795
Diastólica Casos 72 65,9028 7,1859 8,84688
Tensión Control 70 113,7429 9,57304 1,14420
sistólica Casos 72 114,4444 9,05988 1,06772

Para lo cual, por un lado se compararon las medias de ciertas variables en cada grupo (edad, IMC) por medio de la t de Student para muestras independientes y por otra parte en base a grupos ya establecidos en la misma variable de forma categórica (tabaquismo, tiempo diario de pie, actividad laboral) se utilizaron las

Es importante aclarar que ninguna de las mujeres correspondientes al grupo de tratamiento ha desarrollado problemas de hipertensión arterial propios del embarazo. Esto nos brinda un margen de confianza importante para asegurar que la práctica de ejercicio no ocasiona problemas de hipertensión durante el segundo y tercer trimestre de gestación.


DISCUSIÓN

El objetivo básico de este trabajo de investigación era saber si dos procesos complejos como son el embarazo y el ejercicio que causan modificaciones importantes en el aparato cardiovascular, concretamente en uno de sus parámetros (la TA), pueden coexistir sin compromiso en el bienestar materno-fetal.
A la hora de destacar los posibles riesgos que en el nivel cardiocirculatorio la actividad física podría causar en la mujer gestante, particularmente en el comportamiento de la TA, se han de tener en cuenta dos hechos fundamentales que en cierta forma, son los principales responsables de la nueva respuesta cardiocirculatoria materna durante el embarazo:
El aumento de solicitaciones debido al constante desarrollo del feto.
El desplazamiento hacia arriba de ciertas estructuras como consecuencia del aumento en el tamaño del útero.


En ese sentido, el gasto cardíaco (producto del volumen sistólico por la frecuencia cardíaca) aumenta de un 30% a un 40% desde el inicio del primer trimestre hasta el final de la gestación, como consecuencia del incremento de la frecuencia cardíaca (desde 70 lat/min en la no gestante hasta 85 lat/min al final del embarazo) y del leve aumento del volumen sistólico. Se modifica por la posición materna, siendo más alto en decúbito lateral que en decúbito supino.
Ahora bien, ante esta situación global ¿Qué sucede con los valores correspondientes a la TA?


El aumento tan importante que ocurre con el gasto cardíaco durante la gestación debería acarrear un incremento paralelo de la TA; esto no es así, ya que, junto a este incremento, se produce durante la gestación una importante disminución de las resistencias vasculares sistémicas. El resultado final es un descenso de la TA, especialmente durante los dos primeros trimestres, que alcanza su mínimo hacia la mitad del embarazo, para luego ir aumentando hasta el final de la gestación, no llegando siquiera entonces a los valores previos al embarazo.
Los mecanismos que originan esta caída de la tensión no se conocen con exactitud. La relajación de la fibra muscular lisa producida por la progesterona, la circulación útero-placentaria actuando como un shunt arterio-venoso o la participación de sustancia vasodilatadores como el óxido nítrico, las prostaglandinas o el péptido natriurético atrial, han sido barajadas como posibles causas de esta hipotensión que actúa como un verdadero mecanismo de compensación. La resistencia a la angiotensina que presentan las mujeres durante el embarazo también es barajado como un posible factor protagonista en este descenso de la tensión.

Como podemos observar existen una serie de mecanismos que, en teoría, actúan durante el embarazo preservando la salud materno-fetal ante el desarrollo de un cuadro de hipertensión arterial (HTA) o inclusive de preeclampsia (alteración hipertensiva más grave con ciertas complicaciones maternas y fetales asociadas). No obstante la realidad nos muestra que los estados hipertensivos del embarazo son una de las complicaciones con mayor repercusión en la salud materna.

Éstos estados hipertensivos continúan siendo una de las primeras causas de mujeres embarazadas tanto en países desarrollados como en desarrollo, y son causa también de morbilidad potencialmente grave, generalmente transitoria, pero con riego de secuelas permanentes de otro tipo (neurológicas, hepáticas, hematológicas o renales).
De cara a la práctica de ejercicio físico durante el embarazo, si este estado hipertensivo es diagnosticado previo al embarazo (hipertensión esencial previa a la gestación), la mayoría de los casos pueden manejarse correctamente según lo que determine el profesional médico, utilizando en su caso la actividad física como un agente terapéutico colaborador.
Ahora bien, el problema surge con la llamada “Hipertensión Gestacional o transitoria”, es la forma de hipertensión más común inducida por la gestación, presenta una hipertensión aislada sin evidencias de alteración multiorgánica y se asocia a un resultado perinatal normal (ello sin contar con la práctica física).


El problema surge cuando se comprueba que la hipertensión inducida por la gestación se cataloga como la detección de una tensión arterial diastólica superior o igual a 90 mmHg después de las 20 semanas de gestación, en dos ocasiones separadas por al menos cuatro horas, en una mujer previamente normotensa.
Veamos, esto indica que una gestante que se integra en un programa de actividad física para embarazadas puede ser fácilmente, sin saberlo, objeto de esta situación, en este caso se hace interesante saber que influencia puede ejercer el ejercicio físico como factor desencadenante de un cuadro de hipertensión arterial durante el embarazo.


Además existen evidencias suficientes como para considerar que una parte importante de estos casos de hipertensión gestacional representan formas latentes o no diagnosticadas de hipertensión crónica que se manifiesta ante la carga hemodinámica impuesta por la gestación, una vez más cabe preguntarnos que sucede si a esto le agregamos la conocida carga hemodinámica propia del ejercicio físico.
En ese sentido nuestro trabajo se basó en unos criterios de inclusión que dejaban fuera de los grupos de estudio aquellas mujeres que padecieran algún tipo de contraindicaciones absolutas (dentro de las cuáles se encuentra la HTA) o relativas. Por lo tanto los grupos de trabajo se formaron con gestantes que no manifestaron ninguna complicación previa al embarazo, es decir mujeres que a lo largo de su embarazo podrían haber desarrollado la mencionada “hipertensión
gestacional”, pero que se incluyen en nuestro programa sin, aparentemente, ninguna complicación.


En ese sentido, el hecho de no encontrar diferencias significativas entre ambos grupos de trabajo (ejercicio y no ejercicio) permiten asegurar que el ejercicio desarrollado durante el segundo y tercer trimestre de embarazo no origina complicaciones ni alteraciones del comportamiento de la tensión arterial materna.
Otro factor de importancia es que los valores tanto de la tensión arterial sistólica como diastólica del grupo que realizó ejercicio físico durante el embarazo se encuentran dentro de los límites establecidos como normales por los profesionales de la medicina.

Nuestros resultados nos permiten concluir que la realización de 3 clases semanales de 35 minutos de duración, de ejercicio aeróbico moderado, llevadas a cabo durante el segundo y tercer trimestre de embarazo; no tienen influencia en el comportamiento de la tensión arterial materna.

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jueves, 16 de abril de 2009

PÉREZ L.Volumen 15 • No. 2 - Julio de 2007 251
* Correspondencia: leperez@cable.net.co. Dirección postal: Tr. 19 No 122-81 Apto 503, Bogotá, Colombia. Teléfonos: 6- 295583, 315-3322269 Recibido: Agosto 1 de 2006. Aceptado: Septiembre 11de 2006. REVISTA 15 (2): 251-260, 2007

ANOMALÍAS MÜLLERIANAS.

REVISIÓN
LUIS ERNESTO PÉREZ AGUDELO, M.D., GINECÓLOGO1*
1 Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital Militar Central. Profesor titular Facultad de Medicina,
Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá, Colombia.




Resumen

Las anomalías Müllerianas son un grupo heterogéneo de malformaciones que ocurren en
formas variadas, como agenesia útero-vaginal, disgenesias, septos vaginales, útero unicorne,
didelfo, bicorne, septado y arcuato y con manifestaciones igualmente diversas, como amenorrea
primaria, disfunción sexual, dolor y masas pélvicas, endometriosis, hemorragia uterina
anormal, infección, aborto recurrente espontáneo, o partos prematuros. Aun así, es posible
encontrar cerca de un 50% de alteraciones uterinas simétricas asintomáticas. Las anomalías
Müllerianas sintomáticas ameritan un diagnóstico diferencial juicioso y oportuno y un tratamiento quirúrgico apropiado. En este artículo se revisan las diferentes malformaciones, junto con la etiología, el diagnóstico y las opciones de tratamiento actualmente disponibles, con
base en la experiencia del autor en el servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Militar
Central de Bogotá y en la revisión de la literatura.



Introducción


La incidencia de anomalías Müllerianas se ha estimado de 1 en 200, con un rango entre 0,1% y 3,8% (1), aunque su verdadera incidencia no es bien conocida por dos razones fundamentales: se han estudiado dentro de grupos heterogéneos (hemorragia uterina anormal, fértiles, infértiles, partos prematuros, hallazgos ocasionales) y con diferentes métodos de diagnóstico (ecografía vaginal o tridimensional, histerosalpingografía, laparoscopia, histeroscopia, o resonancia magnética) . Las anomalías Müllerianas son defectos de formación, defectos de fusión vertical,
y defectos de fusión lateral de los ductos Müllerianos, con resultados como agenesia o disgenesia uterina, anomalías cervico-vaginales y malformaciones uterinas; clasificadas en por la “American Fertility Society” en 1988.

La presente revisión, tiene por objeto determinar el impacto sexual y reproductivo de estas anomalías y el de actualizar su enfoque diagnóstico y terapéutico.


FIGURA 1. Clasifi cación de las anomalías Müllerianas según la Sociedad Americana de Fertilidad.





Embriología del Sistema Mülleriano


Es bien conocido que los dos cromosomas XX genéticamente normales son los determinantes de la transformación de las gónadas indiferenciadas en ovarios y que los estrógenos -producidos en ovarios fetales y en placenta materna- junto con la ausencia de testosterona y de hormona antimülleriana, son los factores que permiten el desarrollo normal de los genitales internos femeninos a partir de los ductos paramesonéfricos o de Müller. Los ductos Müllerianos aparecen en la séptima semana del embarazo y desde entonces y hasta la semana veinte, ocurre el desarrollo normal. Primero se alargan, acercándose verticalmente para formar las trompas de Falopio con sus mitades superiores y después, las mitades inferiores se fusionan latero medialmente para formar el útero, el cervis y el tercio superior de la vagina.


- Clasificacion de las anomalias mullerianas:


I. Disgenesia
Utero-vaginal


II. Alteraciones de fusión vertical
Himen
Vaginales


C. Cervical
III. Alteraciones de gusión lateral
Obstruidas - asimétricas
1. Unicorne
2. Didelfos

NO obstruidas - simétricas
1. Unicorne
2. Didelfo
3. Bicorne
4. Septado
5. Arcuato
6. Útero en T.


Entonces, ese tercio superior de la vagina dependiente de los ductos de Müller, se fusiona a nivel del tubérculo Mülleriano con los dos tercios inferiores dependientes del seno urogenital (Figura 2).



FIGURA 2. Embriología de Müller.

Nótese que durante ese desarrollo ocurre resorción del septo de unión latero-medial de los ductos y canalización del tabique de unión con el seno urogenital, para completar la formación normal de los genitales internos. Por causas poco establecidas, pero que apuntan a mutaciones de los genes activadores de la hormona antimülleriana (HAM) o de sus receptores y a factores ambientales, se presentan agenesias o disgenesias, trastornos de fusión vertical, trastornos de fusión lateral y junto a ellas, anomalías renales y esqueléticas asociadas (5).

Agenesia útero vaginal


Conocida también como Síndrome de Rokitansky- Kuster-Hauser, la agenesia útero vaginal o es la alteración más grave del sistema Mülleriano. Su estima una incidencia de 1 en 5.000 recién nacidas y constituye la segunda causa de amenorrea primaria después de las disgenesias gonadales. Su origen es desconocido pero una hipótesis plantea que se presenta por activación del gene estimulador del HAM y sus receptores. Este gene se encuentra en la banda q13 del cromosoma 12 y HAM, que normalmente se produce por los testículos fetales, en estas pacientes es producida por los ovarios.


Las pacientes presentan fenotipo y genotipo normales (46XX), amenorrea primaria, disfunción sexual por falta de vagina y ante la imposibilidad de disfrutar de la vida sexual y reproductiva, el trauma depresivo está siempre presente. En una revisión de 53 casos se encontró agenesia uterina con remanentes tubáricos en el 47%, agenesia atípica con remanentes uterinos asimétricos en el 21% y alteraciones renales y displasias esqueléticas en el 32%. Las alteraciones renales están presentes entre el 15% al 40% de los casos, siendo más frecuente la agenesia, la malrotación y la ectopia. Las displasias esqueléticas, presentes entre el 12% al 50%, consisten en acortamiento, malrotación o fusión de vértebras cervicales, sindactilia o hipoplasia de eminencia tenar. También se han reportado, aunque ocasionalmente, ovarios ectópicos inguinales (que se deben retornar quirúrgicamente a la cavidad pélvica para evitar torsiones o pérdidas funcionales), ovarios poliquísticos voluminosos, agenesia gonadal unilateral y agenesia gonadal bilateral . La ausencia de útero y de vagina se puede evidenciar por el examen clínico, por ecografía, por laparoscopia, o por resonancia nuclear magnética (RNM). El cariotipo normal de estas pacientes hace el diagnóstico diferencial con el Síndrome de resistencia androgénica total que tiene cariotipo 46 XY y la RNM lo hace con septos vaginales ocon himen imperforado(Figura 3).










Tratamiento de la agenesia útero-vaginal




El transplante uterino sería una posibilidad futura y en la actualidad el tratamiento se enfoca principalmente en la recuperación de la función sexual recons truyendo la vagina. Se recomienda posponer la neo vagina hasta la pubertad tardía, esperando la ayuda de los estrógenos para la metaplasia vaginal del injerto de piel, como también el despertar sexual que hace posible la colaboración de la paciente y de su compañero sexual para mantener permeable la vagina reconstruida. Desde el punto de vista de fertilidad existe la posibilidad de inducir súper ovulación, captar los oocitos, fertilizarlos in vitro y transferirlos luego al útero de una madre sustituta. Para la formación de la neo vagina existen varias técnicas, pero independiente de la usada, nunca se debe olvidar el cuidadoso soporte psicológico o psiquiátrico para la paciente y su familia, el estímulo a que tenga una vida sexual normal, así como un futuro reproductivo con el útero prestado en madre sustituta:


1) Dilataciones (Franck´s). Si hay hendidura vaginal son posibles las dilataciones progresivas hasta llegar a un dilatador de 8 x 3,5 cm al cabo de dos meses. Otro método, el de Ingram, incorpora los dilatadores al caballete de una bicicleta.


2) Vaginoplastia de McIndoe. Se toma un injerto de la piel del muslo o del abdomen inferior y se
aplica a una prótesis en forma de pene que sea flexible, que tenga alma de goma y que este cubieta de silicona in- Bulvosenovaginal Trompas Útero Tubérculo Mülleriano Cervix Seno urogenital Orifi cio urogenital. La prótesis con el injerto se amolda al túnel vaginal, el cual se abre con bisturí en el vestíbulo vulvar y se diseca en forma cortante y roma siguiendo el trayecto
teórico de la vagina, teniendo la precaución de no lesionar la vejiga, el recto o el peritoneo. Luego
se fi ja aplicando puntos de sutura en la puerta vestibular; se deja por siete a diez días, cuando
se cambia bajo anestesia. En adelante, la paciente utilizará otra prótesis dilatadora (plástica, tubo de ensayo plástico o estimulador) por seis semanas, retirándola solo para necesidades fi siológicas y por otras seis semanas dejándola puesta, solo en las noches. A los tres meses la paciente ya está en posibilidades de iniciar relaciones sexuales.



3) Vaginoplastia de Vecchetti. Utiliza una oliva en la hendidura vaginal, que se sujeta con dos
cuerdas aplicadas por vía perineal, siguiendo la supuesta línea vaginal. Por laparoscopia se
extraen del Douglas hasta los puertos hipogástricos y fi nalmente las cuerdas se afi anzan a un
dispositivo que le permite a la misma paciente templarlos pro gresivamente, hasta la formación
de la vagina.




4) Vaginoplastia sigmoidea. Se realiza con técnica abdomino-vaginal utilizando un segmento de
sigmoide con su pedículo vascular y aunque se asocia a mucha producción mucosa, al parecer
es bien aceptada por las pacientes.



Anomalías de fusión vertical
Estas ocurren cuando no se produce perforación del himen, cavitación completa del cérvix, o cavitación de la vagina por la falta de descenso de los conductos Müllerianos, o la falta de ascenso del seno urogenital. Ameritan diagnóstico y tratamiento oportunos en la adolescencia, para evitar bloqueo reproductivo y progreso de la endometriosis.



Himen imperforado



Es una malformación del seno urogenital con una incidencia del 0,1% y se especula transmisión genética sexual recesiva de carácter familiar. Se manifi esta raramente en la infancia como mucocolpos, siendo más frecuente con hematocolpos postmenárquico, dolor pélvico intermitente y progresivo, endometriosis, retención urinaria obstructiva en el 40% al 0% de los casos y manchado genital continuo cuando existe alguna pequeña perforación. Puede estar asociado a duplicación ureteral, a ano imperforado y a clítoris bífi do. La RNM y el cariotipo son útiles para descartar otras anomalías Müllerianas. Se trata quirúrgicamente en la adolescencia, realizando incisión cruciforme con hemostasia meticulosa para evitar colgajos obstructivos.



Tabiques vaginales



En los tabiques vaginales existe falta de fusión y de canalización del tubérculo Mülleriano con el bulbo senovaginal. Su Incidencia de 1 en 21.000 a 1 en/72.000 y se pueden localizar en el tercio superior de la vagina (46%), en el medio (40%), o en el inferior (14%). Se presenta amenorrea primaria, dispareunia, manchados continuos cuando hay perforaciones presentes y el 25% de los casos son asintomáticos. Se asocian a coartación aórtica, a defectos atriales y de espina lumbar. Para su localización y descarte de otras anomalías la RNM es importante. El tratamiento es
la resección quirúrgica, incluso con técnica vaginohisteroscópica.
Cuando ocasionalmente falta mucha mucosa, se aplica injerto de piel en prótesis plástica como en la neo vaginoplastia de McIndoe. Las tasas de embarazos posteriores son sólo del 37% al 47%,
por la constante presencia de endometriosis.



Atresia cervical



Es una anomalía muy rara (1/45.000) y hasta 1998 sólo se habían reportado 51 casos. Generalmente se encuentra acompañada de anomalías vaginales y las pacientes consultan por síntomas ocasionados por hematometra, hematosalpinx y endometriosis. Se han reportado casos muy raros de agenesia de cérvix y de vagina con fondo uterino funcional. El diagnóstico diferencial se hace con RNM. En el pasado y como tratamiento, se intentó recuperar la función reproductiva practicando recanalizaciones del cérvix; pero dichas intervenciones terminaban
en infecciones, casi siempre fulminantes; por lo que quedó como única alternativa la histerectomía.
Sin embargo, en la última década se han recanalizado con técnicas que combinan laparoscopia y vía vaginal, con embarazos exitosos en tres casos.



Anomalías de fusión lateral: malformaciones uterinas La incidencia de malformaciones uterinas por fusión lateral ocurre en el 5% de las mujeres (3%-10%), incidencia ligeramente diferente cuando se consideran diversos grupos: 3,8% en pacientes fértiles, 6,3% en infértiles y del 5% al 10% en pacientes con aborto recurrente espontáneo.


Las anomalías de fusión lateral pueden ser asimétricas, con obstrucciones asociadas y simétricas sin presencia de obstrucciones.



Los defectos obstructivos son siempre sintomáticos y requieren de tratamiento quirúrgico; siendo variedades de úteros unicornes o didelfos, manifestados por masas pélvicas o abdominales dolorosas. Las anomalías no obstructivas son variedades de unicornes, variedades de didelfos, bicornes, septados y arcuatos, que se manifi estan por aborto recurrente, hemorragia uterina anormal, infertildad, parto prematuro y distocias de presentación, que parecen ser normales en cerca del 50% de las veces, pasando desapercibidas y descubiertas al azar al realizar procedimientos con otros fi nes, como cesáreas o ligadura de trompas.



Al hacer el diagnóstico diferencial es preciso recordar que los úteros didelfos, bicornes y septados pueden presentarse con cuellos dobles y con vaginas dobles por septos vaginales longitudinales. De tal manera que si durante el examen físico se encuentra doble vagina y doble cuello, no se puede pensar sólo en útero didelfo. Es cuando la RNM nos ayuda en el diagnóstico diferencial (es el “gold standard” no invasivo con sensibilidad del 100%); la ecografía tridimensional (sensibilidad del 92%), también es útil ; pero la histeroscopia- laparoscopia son métodos invasivos que se deben reservar para el tratamiento bien planeado.



Útero unicorne



Tiene una incidencia del 0,9%; en fértiles 0,2% y en infértiles 0,6%. Se clasifi can en cuatro grupos, pudiendo o no, presentar cuernos rudimentarios:



* Con cuerno rudimentario no comunicado (55%)
* Con cuerno rudimentario comunicado (21%)
* Útero unicorne solitario (16%)
* Útero unicorne no funcional (0,8%)



Los riesgos del útero unicorne son aborto recurrente espontáneo (hasta en el 51%) y partos prematuros. Los rudimentos funcionales, tanto comunicantes como no comunicantes, producen hematometras, hematosalpinx, endometriosis, dolor pélvico, infección urinaria recurrente y, sobre todo, alto riesgo de ruptura por embarazo. La ruptura se presenta en el 52% de los comunicados y en el 67% de no comunicados, con una mortalidad materna del 5,7% en los no comunicados y del 1,9% en los comunicados.
Es sorprendente saber que el 85% de los embarazos se produce en los cuernos no comunicantes, evidenciándose la capacidad del espermatozoide para desplazarse hasta el lado contralateral del fondo del saco de Douglas. No sobra recalcar la importancia de la ecografía tridimensional o la RNM ante la sospecha diagnóstica, ojalá antes de exposición al embarazo, con el fi n de realizar oportunamente la resección del cuerno rudimentario.
La mejor evidencia sobre presentación y riesgos del útero unicorne es la revisión sistemática de 366 estudios observacionales hecha por Jayasinghe en el 2005, de donde se toman las siguientes conclusiones :



• Edad de presentación: 23-26 años.
• Presencia de rudimentos ciegos funcionales: 92%
• Diagnosticado por hematometra, hematosalpinx, dismenorrea: 54% y por endometriosis: 14%
• Sensibilidad diagnóstica de la ecografía transvaginal: 26% (95% CI 18-36)
• Complicaciones obstétricas asociadas a ruptura uterina prematura, con clínica parecida al embarazo ectópico: 94%
• Complicaciones ginecológicas: 61%
• Resección por laparoscopia: 14% y por laparotomía: 76%
• Ausencia renal ipsilateral al cuerno rudimentario: 36%



El tratamiento de todo rudimento o cuerno funcional, sea comunicado o no, es su resección en la vida reproductiva tan pronto como se diagnostique. Tanto por laparoscopia, como por laparotomía, la disección debe ser cuidadosa para no lesionar el uréter, o el útero residual principal, o ambos, especialmente cuando la unión es tejido denso.
El hemiútero principal es siempre funcional, aunque con capacidad reproductiva disminuida en dos tercios comparado con úteros normales, y para él no hay ningún tratamiento.



Útero didelfo



El diagnóstico clínico no es tan fácil, como se piensa al observar a la especuloscopia y al tacto vaginal la presencia de un septo vaginal longitudinal y dos cuellos, que también pueden ser variantes de úteros bicornes o septados. Además y ocasionalmente, el didelfo presenta un septo vaginal longitudinal, obstruyendo un hemiútero de tres maneras:



* Septo con obstrucción total de una hemivagina, hematometra y hematosalpinx del lado comprometido.
* Septo con obstrucción parcial de una hemivagina, por la presencia de alguna, o algunas perforaciones que producen manchados continuos e infección.
* Rara comunicación parcial de los hemiúteros y sólo sintomatología por alteraciones reproductivas. Es prudente el diagnóstico diferencial con RNM, con ecografía tridimensional o con histeroscopia-laparoscopia y está asociado a ausencia de riñón del lado obstruido. El tratamiento, en los casos de didelfo con septo vaginal longitudinal obstructivo, consiste en la resección del septo vaginal para drenar las masas hemáticas que produce la criptomenorrea y para disminuir la incidencia de endometriosis y la pérdida de la capacidad reproductiva. Se consiguen 87% de tasa de embarazos. Es posible, aunque raro, encontrar casos con agenesias o hipoplasias cervicales de un hemiútero, a los que se les practica plastia cervical, o hemihisterectomía.



El útero didelfo con septo vaginal, pero sin ningún tipo de obstrucción puede presentarse con dispareunia, según las características del septo vaginal. En estos casos sólo es necesaria la resección del septo vaginal para corregir la dispareunia. La capacidad repro ductiva es casi normal, aunque se reportan casos de infertilidad primaria, aborto recurrente, pérdida gestacional, parto pretérmino y distocias durante el parto. La evidencia muestra que las tasas
de embarazos para unicornes y didelfos sin obstrucciones son del 77% y del 81%respectivamente, en seguimientos de siete años. Anecdóticamente, se han realizado con éxito en pacientes con aborto recurrente espontáneo, metroplastias unifi cadoras del útero didelfo -como en un caso nuestro no publicado- así la cirugía no sea generalmente
recomendada.



Útero bicorne



Su incidencia es del 8% en mujeres fértiles y del 0,5% en infértiles, datos que evidencian su capacidad funcional . Los riesgos reproductivos reportados han sido aborto recurrente y parto pretérmino. Recientemente se publicó un caso rarísimo de útero bicorne funcional acompañado de agenesia cervicovaginal, en una paciente con hematometra, hematosalpinx,
endometriosis y dolor pélvico.
El diagnóstico de bicorne se puede sospechar por ecografía o histerosalpingografía (HSG), pero el
diagnóstico diferencial es exacto con RNM, o la combinación laparoscopia e histeroscopia. Solo en casos de aborto recurrente y una vez descartadas todas las demás causas, se recomienda la metroplastia de Strassman.



Útero septado



Se encuentra en el 2% de las mujeres en general y en el 1% de las infértiles, por lo que frecuentemente se lo relaciona con falla reproductiva, especialmente con aborto recurrente del segundo trimestre (en el 67% de las veces), o con parto pretérmino. Al parecer, la constitución fi brótica del septo, inadecuada para el desarrollo gestacional en casos de una implantación en ese lugar, es la causa que lo asocia a infertilidad.



Hay tres clases de él: subseptado, septo completo, o septado completo con dobles cuello y vagina . Con HSG, RNM o histeroscopia-laparoscopia, se hace el diagnóstico de sus variantes.
El tratamiento más adecuado es la sección del septo por histeroscópica, siendo un tratamiento con nivel de evidencia y recomendación C del American College of Obstetricians and Gynecologists.
Para atrofiar el endometrio, habitualmente se aplica hormona liberadora de gonadotrofi na (GnRHa) dos meses previos a la resección histeroscópica. Las tasas de embarazo oscilan entre el 63% y 89%, sin importar si el método histeroscópico es láser, tijeras o resectoscopio. La técnica histeroscópica consiste en seccionar el septo -no en resecar- desde el ápice, hasta ver los dos ostiums tubáricos, dejando menos de un cm de septo intacto. En caso de septos cervicales,
estos también se seccionan para facilitar el procedimiento (sin preocuparse por la incompetencia). No se recomienda la aplicación de sonda de Foley ni la de estrógenos postquirúrgicamente.



La metroplastia de Tompkins, que también mejora las tasas de embarazo del 33% al 88% en el útero septado, reduciendo el aborto recurrente del 81% al 18%, no es recomendada hoy día, dadas las ventajas de la histeroscopía.